Una de las palabras que me ronda la cabeza desde ayer es "desasosiego". Y creo que es la única publicable, por eso lo estoy haciendo. Por eso, encuentro particularmente apropiado en estas fechas y a la luz de estas circunstancias recuperar un opúsculo de Noam CHOMSKY de 1993, titulado "El control de los medios de comunicación", escrito en su día a raíz de lo sucedido con la operación Tormenta del Desierto para "recuperar" Kuwait, en los años de Bush padre en el papel de tío Sam. En él, Chomsky explica cómo la democracia en los Estados Unidos comenzó a degradarse desde la Primera Guerra Mundial, cuando se crea una comisión de propaganda (Comisión Creel) para cambiar la actitud de los ciudadanos hacia la guerra, objetivo que consiguen con creces en seis meses, "logrando convertir una población pacífica en otra histérica y belicista que quería ir a la guerra". A partir de allí, el aparato de propaganda de "generación de consenso" empieza a ser una constante en todas las democracias, en las que se trata de que una minoría ilustrada gobierne sin demasiadas molestias ni intervenciones del "rebaño desconcertado", que no está capacitado para entender ni intervenir en las graves decisiones del país. Con tenerlo distraído y consultarlo una vez cada X años para que crean que viven en un sistema político participativo ya es suficiente...
Bueno, creo que el relato de los hechos es bastante elocuente. Chomsky lo llama "La democracia del espectador". Iré colgando en este mismo blog un extracto de este texto en sucesivas entradas, ya que lo encuentro más que pertinente.
Expresión de los "espectadores" indignados colgados en la plaza de Cataluña, a raíz del movimiento 15·M de indignación contra los ajustes, los desahucios, y la baja calidad democrática en general.
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