jueves, 30 de diciembre de 2010

Obsolescencias programadas

En 1960 el crítico cultural Vance Packard denunció, en "Los productores de residuos", "el sistemático intento del mundo de los negocios de convertirnos en desechos, en individuos agobiados por las deudas y permanentemente  descontentos".
Citado en La Vanguardia, 28.12.2010, "Diseñados para morir"

La palabreja parece haberse instalado cómodamente en nuestro vocabulario habitual... Ya ni recuerdo cuando fue la primera vez que al ir a actualizar un programa informático me ponía que el mismo había sido declarado "obsoleto" por el fabricante y que entonces ya no daban más soporte por el mismo. O sea, el mensaje (no tan) sublimilal era: o te actualizas, o mueres junto con el programa.
Pues la obsolescencia parece haber llegado para quedarse, y lo de la informática no es más que la punta del iceberg, tal vez la industria que lo plantea más desembozadamente. Pero también los electrodomésticos, la ropa, la música, casi cualquier objeto de consumo hoy día se piensa desde su más rápido desgaste para tener que ser cambiado por otro, manteniendo vivo el engranaje de la producción-venta-consumo. Evidentemente, este punto de vista tiene sus acólitos... y sus detractores. Ahora, lo que está claro -al menos para mí- es que este es un círculo vicioso insostenible: en un planeta con recursos finitos, el consumo no puede ser infinito.
Y en este camino de obsolescencias programadas, no falta poco para que también los seres humanos empecemos a tener fecha de caducidad... El caso tan mentado estos días de las "jubilaciones anticipadas" no es más que una de las crudas imágenes del fenómeno.
 
Dejo el link del artículo aparecido en La Vanguardia el martes pasado, que bajo el título "Diseñados para morir", exponía este fenómeno en el caso de los electrodomésticos:


Y algunas frases más extraídas de dicho artículo:
La caducidad planificada caracteriza nuestro modelo económico, y forma parte consustancial de él. Ha sido históricamente la palanca que ha activado la compra y el crédito. "La obsolescencia programada surgió a la vez que la producción en serie y la sociedad de consumo", sostiene Cosima Dannoritzer, directora del documental "Comprar, arrojar, comprar".
Existe una obsolescencia técnica, relacionada con la duración de los materiales y componentes, pues su diseño define su vida. Muy frecuentemente, el coste de una reparación (y la mano de obra) es tan elevado que a final sale más a cuenta comprar un aparato de nueva factura. La creación de diversas gamas de productos que no interactúan con el viejo equipo ayuda a que quede obsoleto.
La caducidad se hace sistemática cuando se altera los productos para hacer difícil su uso continuado. La falta de interoperatividad fuerza al usuario a comprar nuevos programas En el mundo del software hay dos variantes para obligar al usuario a comprar nuevas versiones. Una es perder la compatibilidad hacia atrás forzando la reconversión de todo lo antiguo para funcionar con lo nuevo. La segunda, menos agresiva, consiste perder la compatibilidad hacia adelante con novedades que no pueden ser manejadas por las versiones anteriores.
"No podemos pensar en la obsolescencia planificada como una teoría conspirativa en la que los productores nos engañan escondiendo información. Tenemos que mirar el plano estético y simbólico y pensar en la dinámica de la publicidad, que te hace ver algo nuevo para que lo tuyo parezca viejo. Todos somos corresponsables”, dice Federico Demaria, un investigador sobre decrecimiento licenciado en ciencias ambientales. “Todos somos víctimas y promotores de este fenómeno. La manera en que opera la obsolescencia te hace partícipe de este proceso", añade.


1954. Clifford Brooks Stevens, diseñador industrial."La obsolescencia planificada es introducir en el comprador el deseo de poseer algo un poco más nuevo, un poco mejor, un poco antes de lo necesario".

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Material de lectura: Lewis Mumford

Luego de años buscando alguna edición castellana de "La cultura de las ciudades" de Lewis Mumford -libro que inexplicablemente nunca ha sido reeditado desde los años '70-, me encontré en la Argentina con este pequeño libro, que acabo de leer. Se trata de una edición del 2009, que recoge una selección de textos extraídos de algunos de los principales libros de Mumford, selección realizada y prologada por Daniel Mundo. 

Los textos, al ser sacados del contexto original de obras mucho más amplias, a veces quedan un poco "cojos", faltos del marco temporal e ideológico que dieron lugar a las reflexiones de Mumford, pero considero que ese no es un pecado de este libro en concreto, sino un problema intrínseco al hecho de querer condensar la obra de un autor tan prolífico en el tiempo en 200 páginas. Por el lado positivo, esta selección -además de rescatar a un importante pensador para ser conocido por nuevas generaciones- permite un primer acercamiento a sus ideas generales, y animarán a aquellos que sientan curiosidad a abordar sus libros originales, que en un primer momento imponen respeto por lo voluminosos (en general, de no menos de 600 páginas). Me ha encantado volver a leer a Mumford a partir de esta cuidada edición. Enhorabuena ediciones Godot, por sus "exhumaciones", colección dedicada a la reedición de textos olvidados.
"Lewis Mumford: Textos escogidos", 1ª edición, 224 pág. Ediciones Godot, colección Exhumaciones; Buenos Aires, Argentina, 2009. 
Textos seleccionados de: Técnica y civilización / Arte y técnica / Las transformaciones del hombre / La carretera y la ciudad / Frank Lloyd Wright y otros escritos / La ciudad en la historia.