Arquitectura, libros, política, sociedad... un poco de mi mundo de este lado del Atlántico... y del otro!
lunes, 15 de noviembre de 2010
A trancas y barrancas con la Sagrada Familia...
Sin entrar en consideraciones respecto al plano de la fe o la religión, desde estas líneas quiero rescatar la discusión en el plano puramente de la arquitectura, sobre la pertinencia o no de la continuación de la obra una vez muerto Gaudí, y sobre el tema de la atribución autoral de la misma. Este es un tema de debate de largo recorrido en la historia de cualquier disciplina, pero especialmente virulenta en la Arquitectura, cuyas obras -como en este caso- han abarcado o abarcan a más de una generación de profesionales a cargo de las mismas.
Transcribo aquí algunas opiniones aparecidas la última semana a este respecto en una nota de Llatzer Moix en "La Vanguardia":
Jordi Badia, arquitecto:
Estoy convencido de que habría valido la pena dejar el templo como estaba. Arquitectónicamente no tengo dudas: lo que se ha hecho está mal. Los intereses de la ciudad, en atención al turismo, quizá vayan por otro lado. Pero arquitectónicamente lo que se ha hecho ha sido manipular la obra de un genio. Eso está condenado al fracaso. Se ha construido más de lo que dejó Gaudí, y tiene poco que ver con lo que él hacía.
Oriol Bohigas, arquitecto:
La continuación de la Sagrada Família es un error. La prueba está a la vista: lo que se ha logrado es un falso Gaudí, totalmente discutible en términos de autoría. Hubiera sido mejor no comprometer la arquitectura de Gaudí, ahora desvirtuada. [...]
Enric Massip, arquitecto:
Era mejor dejar la Sagrada Família como estaba, pero ahora ya no hay marcha atrás y lo procedente es acabarla. En tal caso, creo imprescindible que quede claro qué parte del templo ideó Gaudí y cuál han desarrollado sus seguidores. Por las imágenes que he visto, a la nave central le falta textura. Es un espacio anabolizado, siliconado, carente de alma. Las soluciones aplicadas me parecen automáticas. Quiero decir que no están pasadas por el filtro de prueba y error, que era el método de trabajo de Gaudí. Estoy convencido de que Gaudí hubiera ido variando sus planes sobre la marcha. Es lo que hizo siempre. Las soluciones aplicadas ahora me parecen forzadas, incluso técnicamente, con el objetivo de acabar pareciéndose a lo poco de lo que se disponía: las fotos de una maqueta. El hecho, además, de que algunas soluciones constructivas necesiten hormigón armado ya indica que algo falla. La idea de Gaudí era trabajar por compresión: quería levantar la última catedral de piedra. Es cierto que Gaudí ya usó hormigón en su día, pero lo hizo en lo alto de las torres, donde el hormigón era como una piedra ligera. Ahora es al revés: está en la base de las columnas, cuyo macizo muscula. La imagen final resultante es una imagen congelada, fantasmagórica.
Ignacio Paricio, arquitecto, profesor de la ETSAB:
Lo que se ha acabado ahora es horroroso. Los rosetones de las claves son de una vulgaridad increíble. El maravilloso equilibrio entre técnica y composición que lograba Gaudí no asoma por las patochadas que se han hecho ahora. [...]
Robert Terradas, arquitecto, Director ETSA La Salle:
Hubiera preferido dejar la Sagrada Família como estaba. Era realmente difícil saber cómo Gaudí hubieran continuado el templo. Y, tras su muerte, es imposible. Lo que él hizo está muy bien. Lo que se ha hecho ahora revela un esfuerzo constructivo real, sí, y resulta tremendamente efectivo en lo referente a promoción, a propaganda. Pero en la obra yo no sé ver el espíritu de Gaudí.
Hay opiniones a favor también, de reputados profesionales de diversos medios, pero que no comparto. Remito a la nota original de La Vanguardia para poder leerlas. La más pertinente, en el sentido de seguir hablando sobre la "autoría" de la obra, me parece la del arquitecto Juli Capella, quién dice:
Ha merecido la pena llegar hasta aquí. Me retracto si antes dije lo contrario. Que conste que nunca afirmé –y no es para excusarme– que no debiera continuarse, sino que no debía continuarse diciendo que era una obra de Gaudí. Esto lo mantengo, porque creo que en la nave central queda una visión estructural de Gaudí, pero también hay mucho pegote, mucha idea de pacotilla. Sin embargo, el concepto es lo suficientemente potente como para que esa columnata arborescente, ese oasis de la nave central, esté logrado. Reconozco que su arquitectura me impresiona: me parece más poderosa incluso que la presencia del Papa. Personalmente, me equivoqué si dije que no había que seguir con las obras del templo. Ahora estoy a favor de que se acabe, en especial si se precisa que lo que se está haciendo no es obra de Gaudí. Es deplorable que se siga diciendo que Gaudí, que tuvo un papel decisivo en sus inicios, tiene mucho que ver con lo que se hace hoy. En cualquier iglesia de Roma te documentan los distintos autores que ha tenido a lo largo de los siglos.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Manifiesto "Gaudí en alerta roja"
En el enlace del final de la nota se puede adherir firmando el Manifiesto por internet.

1- Pedimos a las administraciones públicas que, bajo ningún concepto, los responsables, hasta ahora encargados de la obra, sigan actuando impunemente.
2- Pedimos la intervención de una organización internacional superior como UNESCO/ICOMOS, para confeccionar un exhaustivo relato de los daños sufridos, con la finalidad de recuperar al máximo lo que era esta obra antes de les últimas intervenciones.
Como primera medida, exigimos la destitución inmediata del arquitecto responsable del Servei del Patrimoni Arquitectònic Local (SPAL)
Últimamente, a pesar del cambio de uso del remonte y de la rehabilitación integral de la misma no se ha condicionado el permiso de obras a exigir su derribo ni se han parado las obras, cuando el 28-8-2005 un decreto de la Conselleria de Cultura donde se delimitaba el ámbito de protección de la Casa Batlló lo ordenaba claramente.
2- La obra se está llevando a cabo sin permiso municipal.
3- El gasto que supone el construir un templo expiatorio, hoy tan alejado del pensamiento contemporáneo y, sobretodo cuando, en nuestra ciudad, hay prioridades más urgentes.
4- No podemos permitir que una institución religiosa y privada pretenda expropiar la vía pública y la manzana del Ensanche, y entorpecer la construcción de una infraestructura tan importante como es el tren de alta velocidad, con la excusa de continuar explotando intereses que no corresponden a los de una nación laica y que además atentan contra la ciudadanía.
Firmado en junio de 2008 por:
Beth Galí · Presidenta del FAD
Maria del Mar Arnús · Crítica d’art, ACCA
Salvador Tarragó · President de SOS Monuments
Santiago Alcolea · President de l’Institut Ametller d’Art Hispànic
Glòria Bosch · Directora d’Art de la Fundació Vila Casas
Ramon Prat · President d’Actar
Carles M. Sanuy · Director de la Fundació Espai Guinovart
Salvador Giner · President de l’Institut d’Estudis Catalans
Manuel Borja-Villell · Director del Museu Reina Sofia
Rosa M. Malet · Directora de la Fundació Miró
Vicenç Altaiò · Director de KRTU
domingo, 7 de noviembre de 2010
De lo sagrado y lo profano: la polémica de Barcelona

lunes, 18 de enero de 2010
Año nuevo... ¿vida nueva?

No está cambiando nada
Juli CAPELLA
Lo triste de esta cruel –para muchos, no todos– crisis, es que no va a servir para nada. Aunque en su día todos nos llenamos la boca, y algunos, varios libros, con las bondades y oportunidades de atravesar una crisis, todo se está demostrando falaz. Poco a poco todo vuelve a la normalidad, es decir a la subnormalidad. El mismo escenario, con los mismos actores, decorados y focos. Pero todos un poco más pobres. La explicación es muy sencilla. ¿Quién se ha encargado de dar soluciones a la crisis? Los mismos que la crearon forrándose sin escrúpulos. Es decir, las instituciones financieras y bancos. Es como pedirle a un pirómano que apague fuegos. Se va a poner las botas.
Nuestros políticos no han hecho nada. Bueno, sí: primero negarlo, luego pedirnos paciencia. Y, finalmente, subvencionar el déficit de los bancos ipso facto, y ayudar a las empresas de automoción para que les compremos otro coche, aunque no lo necesitemos.
¿Por qué no han actuado los políticos? Porque ellos nunca han mandado, simulan que dirigen el país, pero es notorio, y en épocas como esta resulta diáfano, que el cotarro siempre estará controlado por el capital. Una de sus habilidades ha sido hacernos creer que, con la democracia, el poder residía en la gente a través de sus representantes. Tan solo una fabulosa estratagema de distracción.
Por eso pienso que la única enseñanza real que se puede sacar de esta crisis será la personal.
Sin embargo, es posible modificar formas de actuar en el ámbito local, en el barrio, en tu propio trabajo y casa. También organizarse en movimientos sectoriales, trabajar por causas concretas. Ante la imposibilidad de influir a través del voto, está internet, la calle y, sobre todo, el cerebro de cada uno. De momento, ahí no puede entrar nadie a mandarte. Tú decides si cambias. La toma de conciencia del montaje. Despertar ante una sociedad corrupta. Otra enseñanza será darse cuenta de que cambiar las estructuras es ardua faena, y que aquí el voto no sirve de gran cosa. Siempre va a parar al mismo cesto, a un Parlamento bastante marioneta.
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=674313&idseccio_PK=1006
domingo, 22 de noviembre de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
Respecto a las elecciones del pasado domingo... (legislativas europeas)
"A los individuos de izquierda de verdad sólo puede reconocérseles:
uno, por el enorme estrés acumulado en el esfuerzo de seguir siendo izquierda en medio de esta marea;
y dos, por la tristeza, indisimulable, ante el estado del mundo."
Margarita RIVIÈRE, "El País", domingo 29 de junio 2003
viernes, 29 de mayo de 2009
martes, 24 de marzo de 2009

JULI CAPELLA
El hecho de subir al cuadrilátero, es decir, conseguir un encargo, es ya casi un milagro. Si lo superas, pasas al segundo round: entenderte con el cliente, lo que no suele ser fácil. Tercer round: cumplir las endiabladas normativas técnicas, cada vez más farragosas y contradictorias. Hay que pasar raudos al cuarto round: pelearte con quien interpreta esas normas, el técnico de turno en la Administración. Otro asalto con el concejal de urbanismo, que tal vez las vea de otra forma. Sexto round, con la mujer del cliente y su sobrina, que está estudiando arquitectura y han tenido "unas ideas". Séptimo, con los bomberos a los que, con muy buen criterio, se la sopla el diseño. Octavo y noveno, con el constructor, bregado peso pesado. Décimo, con el project manager, especialista en empujarte sobre las cuerdas. Undécimo, con los técnicos de la inspección final, que te pillan ya molido. Y el duodécimo, si es que llegas al final, con la opinión pública que criticará la obra. A menudo, te quedas por el camino. Con mucha suerte, ganarás a los puntos, jamás por KO.
Hoy en día, el trabajo del arquitecto ha perdido su glamur creativo. Vemos cómo su función creadora primigenia se reduce hasta cotas ínfimas. La gestión, la burocracia y el papeleo se llevan el 90% de la energía. Apenas dedicas unos pocos minutos diarios a proyectar, a pensar y dibujar. El resto, a defenderte o atacar. Pero, aun así, ver finalmente una obra erigida compensa de tanta lucha. Luego, una ducha rápida y prestos al siguiente combate. Perdón, proyecto. Una reflexión a cuento de Arquiset, semana dedicada a la arquitectura, una profesión que, según Bohigas, está en vías de extinción.
domingo, 1 de marzo de 2009
Sobre los concursos de arquitectura
CONCURSOS DE ARQUITECTURA O CHAPUZAS

Patxi MANGADO
Los concursos de arquitectura como método para la contratación de proyectos por parte de las administraciones públicas han resultado ser un sistema razonablemente justo y eficaz. [...] Junto al elemental principio de igualdad de oportunidades, sus ventajas son varias.
Se fomenta un sistema de múltiples aproximaciones al problema propuesto que, si bien no garantiza en absoluto la elección de la mejor solución, reduce, al menos, el margen de error. Permite, dependiendo de la composición del jurado y del proceso, una extensión a opiniones inteligentes y distintas, al margen de las estrictamente ligadas a la endogamia arquitectónica. Y, sobre todo, la ventaja más importante es que el sistema de concursos, especialmente cuando son abiertos, permite el acceso a la posibilidad de construir, en igualdad de condiciones respecto a los más consolidados, de arquitectos jóvenes que, con sus propuestas, han sabido inocular al cuerpo general de la arquitectura española ideas frescas, transformadoras y siempre necesarias, si se quiere mantener las cotas de intensidad que, supuestamente, venían a ser uno de sus signos distintivos.
Desde mi experiencia como participante continuo en concursos y como miembro de jurado en muchos, he de decir que la respuesta por parte de los arquitectos ha sido siempre extraordinariamente generosa, presentándose ante cualquier convocatoria un más que nutrido número de trabajos, con una calidad que supera con creces la mezquindad económica con la que suelen plantearse. A los arquitectos se nos puede demandar por muchos errores, pero no es el de la entrega uno de ellos cuando se nos convoca a un concurso. Sin embargo, cada vez más, nos preguntamos si esta generosidad se ve reconocida, al menos, mediante convocatorias bien planteadas, suficientemente compensadas y con jurados de calidad contrastada. Creo sinceramente, que la respuesta es un no rotundo.
Cada vez más los concursos de arquitectura, y por supuesto hay excepciones, están marcados por unas maneras que atentan contra la dignidad de los participantes en la medida que su trabajo es ninguneado o infravalorado en muchos de los casos. Enunciados y objetivos poco claros, situaciones de indefensión absoluta, jurados con manifiesta falta de capacidad para juzgar, ausencia de compromiso en la ejecución, confusión entre calidad arquitectónica y baja de honorarios, todo ello y muchas más, son realidades que están detrás de un sistema, que, pese a todo, sigue siendo el más razonable y eficaz cuando se plantea con criterios serios y rigurosos....[...]
El País, 28.02.2009
miércoles, 8 de octubre de 2008
El Gótico disneyworldizado, o El Parque temático de Barcelona

[Traducción: "vecinos, una especie en peligro de extinción.
Aquí están destruyendo su habitat"]